martes, 31 de julio de 2012

La lactancia no es sino la prolongación del embarazo


Si mañana inventaran una máquina para llevar a cabo la gestación o para que ésta se repartiera con el compañero, ¿cuántas mujeres la usarían? Porque existen grupos de mujeres pertenecientes a ese feminismo rancio y acartonado llamado "de la igualdad", que aún pretenden ser iguales a los hombres, ignorando las diferencias físicas, para lo cual renunciar a la lactancia materna es un modo estupendo de compartir la alimentación del bebé al cincuenta por ciento con el marido.

Pero claro, como el embarazo sólo puede llevarlo a cabo la mujer, nadie diría que "estar embarazada es machista". Sin embargo, sí se escucha por doquier que la lactancia materna esclaviza, que es machista, que hace que sólo la mujer se dedique a la crianza, etc...

¿Alguien le ha preguntado al bebé qué opina él de todo esto?

Cuando nace un bebé de cualquier especie, está indefenso. Cuando nace un bebé humano, está MUY indefenso. La inteligencia que otorga la bipedestación es lo que tiene: los humanos somos más listos, pero nacemos aún fetos y vulnerables. Y con los instintos a flor de piel, que es lo único que nos garantiza la supervivencia. Uno de estos instintos es precisamente el de succionar el pezón de la madre. Porque la madre lo es todo para el bebé, y la lactancia materna no es sólo alimento, es absolutamente el centro de la vida de cualquier bebé mamífero.

¿Alguien ha visto a una leona que no dé el pecho porque se caiga, a una perra que diga que dar el pecho es machista, o a una cebra que prefiera ir a pilates?

Dar el pecho en nuestra sociedad es muy difícil. Los propios profesionales ponen mil y una zancadillas a las mamás que decidan meterse en esta lucha testaruda. Las leches artificiales son poderosas, años y años de campañas de márketing y de dinero a mansalva gastado en promocionarse han conseguido darle la vuelta a la tortilla. Las leches artificiales tienen una función muy específica, y resulta estupenda en según qué casos. Pero cuando una madre quiere dar el pecho, cuando una madre decide escucharse y escuchar a su bebé, cuando una madre decide ser la mamífera que es y no la supuesta "mujer liberada" que debería ser... que se prepare porque empiezan los problemas.

¿Qué significa "mujer liberada"? ¿A quién hay que liberar, de qué, y por qué? ¿Y no es más libre quien decide escuchar a su naturaleza a pesar de los inconvenientes que -sin duda alguna- eso le traerá? No sólo es más libre, es que es sencillamente más valiente.

Decidir dar teta es tener que leer mucho. Tener que informarse mucho. Tener que, la mayor parte de las veces, saber más que muchos médicos. Tener que hacer oídos sordos de enfermeras, suegras, amigas cotillas, vecinas del quinto, señoras de la limpieza, profesoras de peluquería, y toda clase de opinólogos que aparecen al darle una patada a una piedra. Tener que pelear con percentiles, supuestos horarios de tomas, succiones no nutritivas y tantas otras cosas.

Decidir dar teta es entregarse. Pero es recibir mucho, muchísimo  más de lo que se espera. Esas miradas de satisfacción, esa manita que acaricia... Esas sonrisas furtivas. Ese dormirse con cara de felicidad.

¿Cuántas mujeres querrían esa máquina de gestación artificial si pudieran? ¡Y cuánto se perderían de las maravillas del embarazo, al igual que se pierden muchísimo quienes deciden no dar el pecho en pos de un biberón supuestamente liberalizador!

Lo que esas mujeres no comprenden es que la lactancia es una prolongación del embarazo. Viene en el lote. El embarazo no acaba al dar a luz, acaba con el destete. Es una pena que exista aún tanta desinformación en un mundo donde existe tantísima información al alcance de la mano. Es una pena que las mujeres no se atrevan a escucharse.

Feliz semana mundial de la lactancia materna 2012.