sábado, 24 de octubre de 2015

Fomentando la falta de empatía desde bien pronto

Después de los cotidianos anuncios de juguetes sexistas de todas las navidades, llega ahora una nueva categoría: los juguetes crueles.

¿Puede alguien decirme cómo esto se considera normal, más aún, cómo esto es divertido?



¿De verdad es gracioso ordeñar a una vaca hasta que se le salgan los ojos?



Otro ejemplo, de la misma marca, que clama al cielo: 


Ahí, enseñando a los niños a matar roedores a escobazos.


Me resulta tremendamente triste cómo se juega con esta ausencia de empatía y esta falta de respeto absoluta hacia los animales.
Si el maltrato y la muerte de animales no debería ser un espectáculo (véase corridas, toro de la vega, etc)... ¿por qué sí es lícito si se dan en los juguetes infantiles?
Sin palabras.

viernes, 2 de octubre de 2015

Espacios y género: diferencias desde la infancia

El otro día andaba charlando con mi pareja sobre cómo, según él, la ocupación de espacios no tiene nada que ver con el género, a raíz de una imagen similar a ésta, que supongo que cuando vives instaurado en el privilegio no concibes como una diferencia de género, sino como una "casualidad".



Claro que hay gente caradura en ambos géneros. Claro que también hay mujeres que "resultan molestas" en los transportes públicos (o en algún otro ámbito), pero la ocupación del varón de los espacios a su voluntad es más que eso: es casi un arquetipo, porque representa cómo se comporta, como norma general, en la sociedad.

Teniendo como base que la división de géneros comienza desde el embarazo, que desde las guarderías ya podemos observar comportamientos sexistas entre los niños, es lógico que en las propias escuelas estos comportamientos se perpetúen y se favorezcan. Porque aunque en los colegios se suelan llenar la boca con palabras como igualdad, no se explica en qué consiste esto, más aún, no se da ejemplo -que a la larga, importa siempre mucho más que las meras palabras-. No recriminar a los niños sus comportamientos sexistas es no favorecer la igualdad. No dar las mismas oportunidades en los deportes es no favorecer la igualdad. Perpetuar estereotipos de género en los juegos simbólicos (las niñas como princesas, los niños como guerreros), por supuestísimo que es no favorecer la igualdad.



Si tú a un niño le estás mandando el mensaje desde el mismo momento de su nacimiento de que sólo por su género ya tiene más derechos, él va a reclamar dichos derechos de un modo u otro, en todos los aspectos de su vida. Esto puede verse, por ejemplo, en el recreo. Observando cómo se comportan los niños y niñas en el juego se aprende mucho. De hecho, existen muchos estudios sobre este tema, pego el resumen de uno de 2005 (Cantó Alcaraz, Ramón; Ruiz Pérez, Luis Miguel) aquí:

El propósito de este estudio es analizar la existencia de comportamientos motrices diferenciados entre chicos y chicas, así como las posibles causas ambientales-físicas que provocan, o facilitan, el mal reparto del espacio disponible en el patio de recreo escolar. De manera específica este estudio tiene por objeto valorar el reparto del espacio disponible en el patio de recreo escolar, entre un grupo de escolares a lo largo de un curso escolar. Por medio de una metodología observacional se han identificado y constatado los distintos espacios empleados en cada una de las categorías establecidas, con la finalidad de poder establecer la territorialidad (reparto, ocupación y uso) entre los niños y las niñas participantes en este estudio, dentro del espacio disponible en el patio de recreo escolar. El análisis de las observaciones registradas, mostraron la existencia de dichas desigualdades en el uso y empleo del espacio disponible, desigualdad que perjudica a las niñas. El estudio concluye con la necesidad de repensar los espacios de juego para que tanto niños como niñas puedan desplegar sus posibilidades de movimiento en el momento del recreo escolar.

Está, por lo tanto, observado y convenientemente estudiado, aunque las que hemos sido niñas en el recreo ya lo hemos experimentado por nosotras mismas, que nos hemos visto perpetuamente obligadas a estar por los rincones mientras ellos ocupan prácticamente la totalidad del espacio: "que los niños ocupan la mayor parte del mismo y que se apropian del centro mientras que las chicas se reparten los espacios periféricos" (Tomé González; Ruiz Maillo:1996).



En la edad adulta, esto continúa exactamente igual: si en el inconsciente colectivo, normativo, nosotras estamos regladas al espacio privado y ellos al público, a nivel inconsciente -o a veces no, a veces son plenamente conscientes- van a seguir reclamando SU espacio como el público. Existen muchos estudios de índole sociológica sobre cómo la división de géneros incide en la ocupación del espacio urbano (por ejemplo, McDowell, L:1982 - Hanson, Susan; Geraldine Pratt: 1995). Y esto podemos trasladarlo a la ocupación de los transportes públicos (el espatarre masculino mientras ella queda en un rincón), a la ocupación de los asientos en el cine (él siempre apoyará su brazo en el apoyabrazos central, porque es "suyo"), a la monopolización de las conversaciones laborales (ejemplo típico: propones algo, ni caso, un varón propone lo mismo unos minutos después y es la idea del siglo). En palabras de Pablo Páramo y Andrea Burbano (2010):

Un reflejo de la ideología masculina sobre el espacio se encuentra igualmente en los principios de diseño y de planeación urbana. Short (1996) acuña el término “ciudad-hecha- por-el-hombre” como indicativo de la construcción social del espacio urbano y de la dominación masculina en el diseño y planeación, que refuerza los sesgos de género: los hombres como productores y controladores del espacio y las mujeres como reproductoras de tales estructuras que replican la visión masculinizada del espacio mediante el uso que hacen de éste.

También está estudiada la diferente manera de conducir de los varones, que igualmente reclaman la carretera como suya. Porque "al igual que los demás componentes de lo que constituye la experiencia en el espacio público, el transporte es visto como neutral respecto al género, asumiendo que beneficia a todos por igual. Por el contrario, el patrón de viaje para algunos, es uno de los aspectos de la vida social con mayor influencia de género" (Wachs, 1996).



En fin, que podemos ver cómo efectivamente sobre la ocupación de espacios se puede hacer un análisis exhaustivo desde una perspectiva de género, porque "el discurso del terror sobre el espacio público se crea para mantener precisamente a la mujer bajo el control masculino" (Páramo-Burbano:2010). Pero supongo que cuando uno se beneficia de dichos espacios desde pequeño... no puede verlo, sencillamente.


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Cantó Alcaraz, Ramón; Ruiz Pérez, Luis Miguel (2005): "Comportamiento motor espontáneo en el patio de recreo escolar: Análisis de las diferencias por género en la ocupación del espacio durante el recreo escolar" en "Revista Internacional de ciencias del deporte" número 1, 2005.

Páramo Bernal, Pablo; Burbano Arroyo, Andrea (2010): "Género y espacialidad: análisis de factores que condicionan la equidad en el espacio público urbano"  en "Colombia Universitas Psychologica"  v.10 fasc. p.61 - 70; Colombia: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

Short, John Rennie (1996): The urban order: An introduction to cities, culture, and power. Cambridge, MA: Blackwell.

Tomé González, Amparo; Ruiz Maíllo, Rafael (1996): "El espacio de juego: escenario de relaciones de poder". En "Aula de innovación educativa" nº 52-53; pp.37-41.

Wachs, Martin (2000). "The automobile and gender: An historical perspective" en http://www.fhwa.dot.gov/ohim/womens/ chap6.pdf.